Beneficios del autoconsumo solar en suelo adicionales al de cubierta

Generalmente, relacionamos el autoconsumo industrial con una cubierta repleta de paneles fotovoltaicos. Sin embargo, en los últimos tiempos se está apostando también por otra vía para este segmento de autoconsumo; la instalación de proyectos en suelo. Y es que ambas modalidades son complementarias en algunas ocasiones y permiten a las empresas aprovechar su terreno para aumentar la capacidad instalada de su proyecto solar. En este artículo vamos a conocer las principales ventajas de estas instalaciones adicionales.

Aprovechamiento del espacio, la ventaja principal

Cuanto mayor sea la superficie disponible, mayor será la capacidad instalada con paneles solares. Y cuanto mayor sea esta potencia, más kWh producirá la instalación de autoconsumo. Por lo tanto, esta simple ecuación justifica la inversión de las empresas que tienen la posibilidad de acometer este tipo de proyectos, dado que producir más energía equivaldrá a obtener un mayor ahorro económico.

Numerosas empresas del sector industrial cuentan con estas superficies para construir otro tipo de instalaciones anexas a sus fábricas o almacenes. En algunos casos, especialmente cuando las cubiertas disponibles o bien no tienen una gran área o su orientación no permite un mayor aprovechamiento del recurso solar, apostar por la instalación en suelo de paneles solares garantiza maximizar el ahorro energético con fotovoltaica.

Además, la opción de vender excedentes es cada vez más empleada tanto por empresas como demandada por comercializadoras eléctricas, que necesitan nuevas opciones de compra de energía. Esto hace que instalar paneles en suelo adquiera un mayor atractivo.

Perfil de empresa

Generalmente, las empresas que pueden optar por esta doble solución son aquellas que tienen, aparte de terreno disponible, una alta demanda energética y que no suele ser abastecida, en la medida de lo deseado, por paneles solares en sus cubiertas. Es el caso, por ejemplo, de empresas de congelados, que requieren una mayor producción solar para cubrir sus necesidades energéticas de refrigeración y que, si tienen un solar o terreno sin uso, pueden destinarlo a aumentar la capacidad del proyecto de autoconsumo. Las industrias que se encuentran en entornos rurales acostumbran a tener una mayor facilidad para disponer de superficies extra que no se destinan a otras actividades.

No obstante, cuando una empresa apuesta por el autoconsumo, lo hace en primer lugar ofreciendo sus cubiertas disponibles para instalar en ellas paneles solares. En los casos en los que la producción energética de esos paneles no llega a satisfacer la demanda, se puede cubrir esa carencia con la instalación adicional en suelo.

Es importante saber que el coste de una instalación en suelo puede resultar, en ocasiones, más económico que en cubierta. A parte de que no hay grandes diferencias en los equipos que se usan, salvo las estructuras, su sobrecoste puede quedar compensado con el ahorro fruto de no tener que elevar los equipos a ciertas alturas para instalar en cubierta, que implica un gasto adicional en maquinaria.

Además, el tiempo de ejecutar estas instalaciones suele ser mayor que en suelo, por lo que resulta una ventaja cuando hablamos de plazos de ejecución. Eso hace que, contrariamente a lo que se pueda creer, hay proyectos en los que el coste €/kWp puede ser más económico en suelo que en cubierta.

La distancia entre ambos proyectos también es un aspecto fundamental. Aunque se puede evaluar siempre en función de su tamaño, las instalaciones en suelo acostumbran a ubicarse cercanas a las de cubierta, con lo que se evita la instalación de centros de transformación o un mayor coste de cableado, por ejemplo.

Paneles bifaciales

Un proyecto en suelo permite apostar por tecnologías que generalmente no se pueden aplicar en el autoconsumo sobre cubierta.

Es el caso de la bifacialidad, una tecnología ampliamente usada ya en la construcción de grandes proyectos, que ha visto como sus costes se han reducido en los últimos años gracias a los avances tecnológicos y a una mayor oferta por parte de los grandes fabricantes del mercado.

Se distingue al panel bifacial del monofacial porque es capaz de producir energía por sus dos caras. A diferencia de los segundos, los bifaciales son sensibles a la luz en ambos lados, por lo tanto, la radiación solar reflejada en el terreno impactará en la parte posterior del panel aportando la capacidad de producir un extra de energía.

Esta mayor producción es muy interesante en esos proyectos en suelo adicionales a los de cubierta para autoconsumo, dado que en número limitado de metros cuadrados se maximiza la producción. Para conocer a cuánto asciende ese extra de producción hay que conocer ciertos factores como:

  1. El albedo: Se trata del radio de luz reflejada en la superficie con respecto a la radiación incidente. Varía según la época del año y según cómo es el suelo (arenoso, con hierba etc.). Como ejemplos habituales, un suelo cubierto de nieve tendría un factor de albedo del 90%, mientras que un suelo de hierba seca tendría un albedo cercano al 33%. A mayor porcentaje mayor será la capacidad de producir energía desde el lado posterior del panel.
  2. Separación entre filas: A mayor distancia entre éstas, el impacto en la cantidad de radiación que llega a la cara posterior de los paneles será mayor, pudiendo así maximizar la producción. No obstante, la separación de las filas implica reducir el espacio disponible para instalar paneles solares, con lo que será importante realizar un estudio previo para evaluar esa distancia.
  3. Altura de la instalación: A mayor altura de la estructura, mayor será la ganancia de radiación incidente y de la producción de los paneles bifaciales. No obstante, elevar la estructura implica un mayor coste de CAPEX, así como un mayor impacto en las cargas. Del mismo modo que con la separación entre filas, será fundamental evaluar la posibilidad con un estudio previo.

La elección de la altura, así como de la separación de filas, se llevará a cabo siempre analizando la mejor opción para la empresa en cuanto a coste y beneficio del proyecto.

En el caso de Solarfam, se apuesta por instalar paneles bifaciales de gran tamaño en estas instalaciones en suelo con el objetivo de aprovechar al máximo cada metro cuadrado, para la producción de electricidad.

Excedentes, un beneficio importante

Ya hemos visto en anteriores artículos que la energía excedentaria de una instalación se puede vender. Esto es una de las grandes ventajas de tener más capacidad de producción con un proyecto adicional en suelo. Para vender esos excedentes, el marco normativo español establece varias formas.

Una es la de estar acogido a la modalidad de no compensación. En ella, al proyecto le serán de aplicación las mismas normas que a cualquier planta de producción de energía eléctrica. En esta modalidad, el consumidor podrá verter a la red aquellos excedentes de energía que ha generado de más su instalación y que no ha consumido, pero no recibirá una compensación económica por parte de la comercializadora. En su lugar, esa energía se venderá al precio del mercado eléctrico en ese momento.

Esta modalidad supone un gran beneficio para aquellas industrias con consumos elevados de electricidad y cubiertas con superficies grandes. En ellas, la instalación de paneles fotovoltaicos con una capacidad superior a 100 kW permitirá vender los excedentes al acogerse a esta modalidad y, de este modo, facilitar el retorno a la inversión.

En la segunda forma, en el régimen económico previsto, el productor podrá también acogerse al mecanismo de compensación simplificado. Esta segunda opción está diseñada para que los productores de hasta 100 kW puedan compensar, en su factura, la energía consumida a través de la red con la energía excedentaria que en un momento determinado no consumen. Este mecanismo permite el consumo diferido a lo largo del periodo de facturación de la energía generada.

Solarfam ofrece acompañar y asesorar al cliente en ambos procesos para lograr obtener la mayor rentabilidad del proyecto.

Instalar baterías es otra de las grandes oportunidades del autoconsumo adicional en suelo. Incluso en el mismo terreno se puede tener un equipo de baterías para almacenar los excedentes y verterlos a la red, algo que en ocasiones no se puede llevar a cabo sobre cubiertas.

Con todas estas ventajas, el autoconsumo adicional en suelo se está proyectando como una segunda vía más que interesante para todas aquellas empresas que tienen la posibilidad de aprovechar esta iniciativa.

Por Andrés Muñoz

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