España, a nivel europeo, no tiene rival en lo que a radiación solar se refiere. Independientemente de la región, todas las comunidades autónomas gozan de suficientes horas de luz solar para que un proyecto de autoconsumo fotovoltaico sea rentable y eficiente. Y el tejido industrial sumamente diversificado con el que contamos en nuestro país es consciente de ello.
Aunque todos los sectores se benefician de las numerosas ventajas de la fotovoltaica, es el sector secundario el que actualmente más inversión atrae para instalar paneles solares. Concretamente, las industrias alimentarias como la cárnica, o las metalúrgicas y textiles, principalmente, son las que más se apoyan en la tecnología para reducir su dependencia de la red eléctrica.
5 ventajas muy destacadas
Antes de conocer cuál es el sector protagonista de este artículo, hay que saber que la instalación de paneles solares en cubiertas de industrias, sobre todo cuando nos referimos a potencias de entre 50 y 150 kW, cuenta con claras ventajas que justifican su inversión. He aquí las 5 más reseñables:
- Aprovechamiento de las cubiertas. Prácticamente todas las industrias mantienen su actividad durante las horas de radiación solar y cuentan con superficies de cubierta lo suficientemente grandes para abarcar una instalación fotovoltaica. Estas superficies, por lo general desaprovechadas, van desde cubiertas de almacenes o de fábricas hasta las mismas oficinas. Dado que estas instalaciones son propiedad de la empresa, no es necesario desarrollar proyectos en suelo, pues el espacio ya está disponible. Además, una instalación solar revaloriza las infraestructuras de la empresa, puesto que, si en un futuro se desea vender, los paneles solares aumentan el valor económico de esa industria.
- Mejora de la competitividad. Al reducir los costes energéticos de lo que se produce, la competitividad aumenta considerablemente. Esto implica que la empresa, si así lo requieren las condiciones de su mercado, puede intentar estrategias de costes más agresivas para ganar así cuota de mercado o maximizar beneficios. Además, puede destinar más partida presupuestaria en otras mejoras, tales como I+D, nuevos productos, nuevas materias primas etc.
- Sistemas versátiles. Los proyectos de autoconsumo no requieren grandes inversiones y se pueden aprovechar para procesos industriales concretos, como por ejemplo las necesidades frigoríficas, o actividades específicas como iluminación. Por tanto, los sistemas se pueden adaptar no solo al espacio disponible, sino también a las necesidades de consumo de los procesos.
- Sostenibilidad. Respetar el medio ambiente forma parte ya de la conciencia ciudadana e industrial de todos los países. Por eso, una instalación de autoconsumo representa una ayuda a la lucha frente al cambio climático. Los proyectos fotovoltaicos reducen la emisión de gases de efecto contaminante de manera directa, al sustituir el uso de combustibles fósiles para generar electricidad por una tecnología limpia.
- Imagen de marca. A tenor de lo expuesto en el punto anterior, la imagen de responsabilidad social corporativa y de marca de una empresa se ve muy beneficiada cuando esta demuestra su compromiso apostando por las energías renovables. Es común que las empresas hagan saber que cuentan con paneles solares que producen su propia energía, y el motivo es claro, la imagen de la compañía se beneficia notablemente.
Beneficios para el sector primario
El sector primario, aquel que aprovecha directamente los recursos naturales, lleva apostando desde hace años por el autoconsumo para suplir la demanda energética de sus procesos. Sin embargo, es el sector secundario el que copa la mayoría de los proyectos fotovoltaicos de esta índole en España. No obstante, en este punto es interesante conocer también las actividades correspondientes a este sector primario que, en los últimos tiempos, han apostado más por el autoconsumo.
El riego agrícola, la minería o la ganadería, son actividades con altas necesidades energéticas. En el caso de la primera, los sistemas fotovoltaicos aislados permiten generar electricidad para el bombeo de agua, dirigiéndola por los canales oportunos para distribuir el riego de manera adecuada. En el caso de la segunda, la actividad minera consume anualmente 400 TWh, por lo que las empresas mineras están recurriendo al autoconsumo con renovables para abaratar los procesos de extracción de minerales y disminuir el impacto ambiental. Finalmente, la tercera actividad se beneficia del concepto de “agrovoltaica”, que hace referencia a la alianza y la sinergia entre fotovoltaica y agricultura. En la agrovoltaica se aprovecha la sombra de los paneles solares para cultivar vegetalesprotegidos del calor. Además, el pasto natural que crece en estas plantas lo hace en superficies protegidas de otras actividades, por lo que el ganado vacuno y ovino, entre otros, también se beneficia.
El sector cárnico, el que más se beneficia
Según la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (ANICE), la industria cárnica española es la primera en toda la cadena industrial alimentaria del país, con una cifra de negocio aproximada en más de 31.000 millones de euros, lo que supone el 28,5% del sector alimentario español.
Precisamente es uno de los sectores que más apuesta por el autoconsumo. Por poner un ejemplo, Solarfam desarrolló para una empresa salmantina de elaboración de jamones y paletas de larga curación un proyecto que permitió reducir en un año un total de 630 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, y en el que casi el 100% de la energía producida es autoconsumida.
Estas industrias, con fábricas de un gran tamaño por lo general, disponen de cubiertas capaces de albergar paneles fotovoltaicos suficientes para abastecer grandes porcentajes del consumo eléctrico. Además, suelen estar situadas en regiones rurales o aisladas de la red, por lo que la opción de producir su propia energía es aún más beneficiosa.
En cuanto a la producción de elaborados cárnicos, España, con 1.380 millones de toneladas anuales, es el cuarto país de la Unión Europea, solo por detrás de Alemania, Italia y Francia. Las empresas de este tipo tienen un consumo intensivo de electricidad derivado principalmente de la necesidad de disponer de sistemas de refrigeración operativos las 24 horas del día, además de las necesidades habituales de cualquier industria alimentaria.
El autoconsumo fotovoltaico encaja perfectamente con este tipo de industrias dado que la generación fotovoltaica coincide con el patrón de consumo, pues en horas pico de radiación solar también es habitual que necesiten más energía para aumentar la potencia de refrigeración. Esto conlleva que una instalación tenga un elevado nivel de autoconsumo, como el visto en el ejemplo anterior. En definitiva, la rentabilidad del proyecto se verá amortizada más pronto que tarde.
Tras esta industria, las siderúrgicas y las textiles, que suelen tener también consumos energéticos elevados por los procesos industriales que llevan a cabo, también se encuentran entre los sectores que más se benefician del autoconsumo fotovoltaico en España.
Por Andrés Muñoz.